Porque Jesus Dijo Dejad Que Los Niños Vengan A Mi

¿Por qué Jesús dijo: Dejad que los niños vengan a mí?

Alguna vez te has preguntado por qué Jesús dijo: “Dejad que los niños vengan a mí”? Bueno, hay algunas razones por las que dijo esto.

1. Los niños son inocentes y confiados.

Los niños no tienen la misma comprensión del bien y del mal que los adultos. Son más propensos a confiar en las personas y a creer en lo que se les dice. Esto los hace más receptivos al mensaje de Jesús, que se basa en el amor, el perdón y la gracia.

2. Los niños son humildes y enseñables.

Los niños no tienen el orgullo ni la arrogancia de los adultos. Son más propensos a escuchar y aprender de los demás. Esto los convierte en estudiantes ideales para el mensaje de Jesús, que es un mensaje de humildad y enseñabilidad.

3. Los niños son alegres y llenos de fe.

Los niños a menudo tienen una alegría y una fe natural que los adultos han perdido. Son más propensos a creer en lo imposible y a esperar lo mejor. Esto los hace receptivos al mensaje de Jesús, que es un mensaje de esperanza y alegría.

4. Los niños son el futuro.

Los niños son el futuro de la Iglesia y del mundo. Son los que llevarán el mensaje de Jesús a las generaciones venideras. Por eso es tan importante que dejemos que los niños vengan a Jesús y aprendan de Él.

Problemas relacionados con “Dejad que los niños vengan a mí”

A pesar de las muchas razones por las que Jesús dijo: “Dejad que los niños vengan a mí”, hay algunos problemas relacionados con este dicho.

1. El abuso infantil.

Uno de los mayores problemas es el abuso infantil. Algunos adultos se aprovechan de la inocencia y la confianza de los niños para abusar de ellos. Esto es un pecado grave y una traición a la confianza de los niños.

2. La negligencia infantil.

Otro problema es la negligencia infantil. Algunos padres no proporcionan a sus hijos las necesidades básicas, como comida, ropa y refugio. Esto puede tener un impacto negativo en el desarrollo físico, emocional y espiritual de los niños.

3. La explotación infantil.

Un tercer problema es la explotación infantil. Algunos adultos utilizan a los niños para su propio beneficio, ya sea para trabajar, para mendigar o para prostituirse. Esto es una forma de esclavitud moderna y es un pecado grave.

Soluciones a los problemas relacionados con “Dejad que los niños vengan a mí”

Hay algunas cosas que podemos hacer para abordar los problemas relacionados con “Dejad que los niños vengan a mí”.

1. Educar a los adultos sobre el abuso infantil.

Podemos educar a los adultos sobre el abuso infantil y cómo prevenirlo. Esto puede hacerse a través de campañas de concienciación, programas educativos y formación para los profesionales que trabajan con niños.

2. Proporcionar apoyo a las familias necesitadas.

Podemos proporcionar apoyo a las familias necesitadas para que puedan proporcionar a sus hijos las necesidades básicas. Esto puede hacerse a través de programas de asistencia social, bancos de alimentos y programas de vivienda.

3. Luchar contra la explotación infantil.

Podemos luchar contra la explotación infantil denunciando los casos de explotación y apoyando a las organizaciones que trabajan para proteger a los niños de la explotación.

Conclusión

El dicho de Jesús “Dejad que los niños vengan a mí” es un recordatorio de que los niños son importantes para Dios. Son inocentes, confiados, humildes, enseñables, alegres y llenos de fe. Son el futuro de la Iglesia y del mundo. Por eso es tan importante que dejemos que los niños vengan a Jesús y aprendan de Él.

Sin embargo, también hay algunos problemas relacionados con este dicho. El abuso infantil, la negligencia infantil y la explotación infantil son problemas graves que afectan a muchos niños en todo el mundo. Debemos trabajar juntos para abordar estos problemas y crear un mundo en el que todos los niños puedan crecer seguros y sanos.

Cuando dejamos que los niños vengan a Jesús, les estamos dando la oportunidad de experimentar Su amor y gracia. Estamos ayudándoles a aprender sobre Su Palabra y a seguir Su ejemplo. Estamos ayudándoles a convertirse en los cristianos que Dios quiere que sean.